miércoles, 28 de marzo de 2012

Dios nos odia.

Si existe Dios, nos odia. He llegado a esa conclusión, después de tener la gran idea de estudiar el bachillerato en linea de Marichelo Ebrard, me di cuenta de que Dios no sólo no expulsó del paraíso, creo la Física, esa cosa que es como un monstruo que devora a los pobres mortales, nos arranca el cerebro y lo degusta, pero antes, te toma, te sangolotea y cuando te deja bien tarugo, da el golpe final.

Ok, tal vez exagero un poco, pero me pase casi todo marzo tratando de aprender sobre: aceleración y velocidad, aceleración y tiempo, -una cosa muy jalada- la ley del sándwich, fuerza, masa, newtons, trabajo, energía, potencial, aceleración gravitacional, peso, cinética, la ley de conservación de la energía, teoría cinético molecular, calor, leyes de la termodinámica, temperatura, capacidad calorífica, las ondas, seno, coseno, tangente, radianes, notación científica, electricidad, magnetismo y un largísimo etcétera.

Pero que difícil es la matemática, cuando creía haber comprendido más o menos las cosas, ¡no, para nada!, te salen con mil formulas diferentes, claro que es más fácil hacer un despeje de dos millones de pasos, que dividir, multiplicar y restar, además todos los días hay nuevos estudios que vienen a desmentir los hechos irrefutables, sobre los que se basa ésta materia.

Sin embargo, me gustó, se que no entendí todo al 100% y que tal vez, dentro de algunos meses toda esa información será reemplazada por otra, no voy a preguntarle al de la tortillería a cuantos grados Kelvin se cuece la masa, o investigar cual es la energía potencial de de una camisa, recien lavada y tendida al sol para secarse, lanzada al suelo desde la azotea de mi casa, o cuanto trabajo es el que necesito para lanzar la pelota a la Kin. Es mejor entender y buscar respuestas a lo que vemos, no seré físico nuclear, pero al menos entiendo un poquito más el actuar de la naturaleza.

Además soy más inteligente que ayer, tengo mis apuntes que puedo releer todos los días y repasar ese conocimiento, y no olvidarlo del todo, antes temía ser un imbécil, por no saber mucho, ahora quiero conocer más, creo que siempre me será difícil conciliar con las matemáticas, pero si les doy una oportunidad, puedo entender, y a estas alturas, con internet, el estudio es más fácil.

Es apasionante conocer, darte cuenta que el mundo tiene muchos secretos, que no siempre son tan secretos, y que puedes aprender desde cosas muy pequeñas, hasta cosas que tienen que ver con el universo y como las moléculas se atraen o se repelen. Nunca dejen de aprender,  todos los días hay cosas nuevas, un mundo cambiante, que nunca tiene fin.

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